Informe In-edit 2019 (no llueve pero gotea)

Un despacho de nuestra corresponsal, sorteando artefactos explosivos y ruidos varios, incluso combatiendo el mismísimo sueño que la atacó en el minuto 85 de la peli.

foto slits inglaterraHere to be Heard: The story of The Slits (2017)

The Slits, las vaginas, se funda el año 1976 en Londres en medio de la explosión del punk. Quizá las primeras riot grrrls de la historia, formaron su banda muy jóvenes, Ari, la vocalista (hijastra de John Lydon), tenía 14 años y algunas incluso ni sabían cómo tocar sus instrumentos. Tessa Pollit relata como sin saber tocar el bajo, aprendió las canciones en dos semanas para su primer concierto como The Slits. Do it yourself, ese era el lema de una generación que comenzaba a construir comunidades de contracultura y donde las mujeres en la escena musical ya no querían seguir siendo las sexys y delicadas groupies que adoraban a las estrellas del momento.

En uno de sus conciertos Ari es acuchillada en un gluteo por un chico descontento y es que en ese entonces, uno de los argumentos de la época era que “tocaban mal”. En el documental Palmolive, la baterista, cuenta que al principio tocaban cualquier cosa, pero si escuchas su música puedes darte cuenta del tremendo talento de estas chicas. Además, convengamos que muchxs de lxs mejores artistas de las mejores bandas, gracias al pulento, tocan o cantan “mal”.

A pesar de estar en un ambiente de rebeldía y contracultura, el machismo de muchos se expesaba rápidamente. Viv Albertine (guitarra) y Paloma Romero, Palmolive, (batería) venían de ser expulsadas de la banda The Flowers of Romance donde compartían escena con Sid Vicious y Keith Levene, antes de Sex Pistols y The Clash. En el documental Palmolive relata un incidente donde se deja entreveer la resistencia de estos músicos hacia la postura independiente y rupturista de estas mujeres que buscaban algo más que ser las piernas bonitas de la banda.

Sin duda, esta película es un material fundamental dentro de las incipientes revelaciones cinematográficas que hemos comenzado a disfrutar sobre el papel de las mujeres en los movimientos culturales a lo largo de la historia. Historias de mujeres que han quedado en el olvido en un mundo donde la historia la cuentan los hombres en su gran mayoría. Mujeres que en su época vivieron el rechazo y la censura contra sus intentos liberatarios y que de apoco comienzan a emerger mostrando su tremendo aporte a los cambios culturales que ya se vislumbran en temas de género. The Punk Singer, dirigido por Sini Anderson o Grace Jones: Bloodlight and Bami de Sophie Fiennes, presentados en versiones pasadas de Inedit, se suman a esta lista de películas que, con mayor o menor acierto, configuran una relectura de la historia musical.

Here to be Heard es la segunda película del director norteamericano William E. Badgley. En la primera muestra la vida y carrera de los tres integrantes de la banda norteamericana de hardcore KARP en pleno movimiento del post punk y el riot grrrls de los 90. En mi opinión, el documental se queda un poco en la generalidad (como lo hacen los reportajes) y no logra definir una mirada cinematográfica que refleje el espíritu de las Slits. Entrevistas principlamente, material de archivo de las tocatas, quizá lo más significativo y poético en el film es ver a Tessa Pollit con sus guantes de reflexología hojeando y leyendo su libro con el registro personal de todas las apariciones de la banda en presa, afiches y fotografías que parecen irse desvaneciendo.

Si no fuiste anoche a verlo al cine Arte Alameda, no te lo pierdas este lunes 29 a las 20:00 Hrs., en la Sala de Cine UC. Vale la pena conocer un poco más de la banda y, sobre todo, escuchar sus canciones a todo volumen.

Fotografía: Inglaterra en los ’70 por Gil Rigoulet